El Ayuntamiento de Cáceres ha decidido retirar una estatua ecuestre de Hernán Cortés, para no ofender a los numerosos descendientes de las tribus indígenas que las tropas del conquistador arrasaron sin piedad, y que actualmente habitan España. Pero la retirada ha provocado las iras de los partidarios del explorador, que se manifestaron para impedir el trabajo de los operarios, portando banderas del reino de Castilla y Aragón, y lanzando vivas a Isabel la Católica.
De otra parte, decenas de personas favorables a la retirada aplaudían la actuación, llegándose a producir momentos de verdadera tensión, que provocaron la intervención de la policía. Al final, el levantamiento se saldó sin heridos, pero con dos detenidos por desacato a la autoridad.
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