Una urgencia camino del hospital, una inundación en casa, o un hijo esperando a la puerta del colegio pueden ser motivos justificados para pisar el acelerador más de la cuenta, y ser por ello víctimas de un radar de velocidad.
La Dirección General de Tráfico no quiere que nadie fallezca camino del hospital por no pasar de 120 Km/h, por lo que se podrán recurrir estas multas, siempre y cuando se pueda justificar la urgencia que la provocó. En caso de estimarse el recurso, la DGT repondá los puntos sustraidos.
La medida ha sido bien recibida por los conductores, con un pero. La gente no se explica por qué se perdonan los puntos, pero no se condona el importe de la multa. Un portavoz de la DGT ha manifestado que la retirada de sanciones económicas va en contra de los principios de la institución.
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