Una reciente encuesta del CIS pone de manifiesto que el reparto de tareas entre ambos sexos es ya una realidad en nuestros hogares. La incorporación de la mujer al trabajo y su plena integración en la vida social y política, ha traído consigo una reasignación en las tareas domésticas, en la que el hombre desempeña más del 50% de dichas obligaciones.
La encuesta también revela que en determinados segmentos de población, es habitual que las mujeres vean los partidos de la Champions mientras sus maridos bañan y dan de cenar a los niños, o que incluso sean ellas quienes leen tranquilamente el periódico los domingos por la mañana, mientras ellos pasan el polvo o la aspiradora.
Los expertos analizan esta evolución no sólo desde el punto de vista sociológico, también desde el psicológico. Bajo este prisma, la nueva mujer se preocupa más por el bienestar y el equilibrio mental, mientras que el hombre, despojado de su papel de “señor de la manada”, busca la realización personal en tareas como cambiar las cosas de sitio o poner lavadoras compulsivamente.
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