La idealización del mundo occidental y todos sus símbolos en algunos de los países más pobres, a veces les lleva a caer en estafas tan increíbles como ésta.
Familias que apenas tienen para comer, se gastaban gran parte de sus ahorros en bolsas de plástico de Caprabo o Carrefour, que los estafadores conseguían a base de realizar múltiples compras de artículos de poco valor, principalmente chicles y bolígrafos.
Fue este extraño comportamiento el que alertó al encargado de uno de estos centros, quien avisó a la policía, dando lugar a una investigación que destapó el complejo entramado criminal.
La Mentira Post
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