En una época en la que los niños de apenas 5 años son capaces de navegar por Internet y dominar complejos juegos en las videoconsolas, un estudio independiente ha revelado que la mayoría de los menores de 15 años no saben interpretar la hora en un reloj analógico, los clásicos con esfera numerada y dos agujas.
Los participantes en el estudio confundían sistemáticamente la función de cada aguja, y sobretodo eran incapaces de entender el papel aditivo o sustractivo de la aguja del minutero. Llegando este extremo también al apartado lingüístico, en el que muchos jóvenes no asociaban las once menos cuarto con las 10:45.
La razón de esta carencia parece estar en la predominancia de los dígitos en la mayoría de aplicaciones tecnológicas, y en el creciente desinterés por los relojes de cuco en los hogares españoles.
De todas formas, los expertos recomiendan paciencia y tranquilidad, y postulan que nos encontramos ante un cambio de hábitos sociales, y no ante una generación de torpes.
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