El Parlamento Europeo y la Organización de Naciones Unidas han dado por fin luz verde al proyecto de sustituir la actual medición del tiempo por horas, minutos y segundos, por otra basada en el sistema decimal.
De esta forma, las 12 de la noche del 31 de diciembre de 2019 será la última hora que vivirá el planeta. A partir de entonces los días estarán divididos en 10 porciones de tiempo, cada una de las cuales se dividirá a su vez en 10 porciones menores, y éstas en otras subdivisiones diez veces menores.
La adopción de un sistema decimal de medida del tiempo supondrá una importante simplificación en la medición del mismo, así como en su interrelación con las medidas de otros parámetros basados también en el sistema decimal, como el espacio, la masa, etc.
A pesar de todos los beneficios que presenta, la transición no será del todo fácil, y desde ahora mismo comienza un largo proceso de conversión de mediciones fundamentales como la jornada laboral, los records deportivos, o los límites de velocidad de tráfico.
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