La situación de crisis mundial parece haber despertado las alertas ante cualquier amenaza, y el miedo a un posible desabastecimiento de productos derivados del petróleo, ha llevado a los responsables de las principales economías europeas a tomar la drástica medida de prohibir las exportaciones de vehículos con motor de explosión a economías emergentes con grandes poblaciones, principalmente China y la India.
La medida tendrá especial repercusión en países como Francia, Alemania, Italia o Inglaterra, que cuentan con una importante industria automovilística y que ahora tendrán que renunciar a uno de sus principales mercados de futuro.
En China e India el mercado de automóviles está aún poco desarrollado, pero se calcula que si ambos países alcanzasen una tasa de vehículos por persona similar a la de España, el mundo entero padecería una auténtica crisis petrolífera.
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