Se celebran excomuniones por la iglesia

Para el párroco de San Julián de los Ovejeros, la decreciente asistencia a sus homilías no es sólo un problema de fe, sino económico, ya que el cepillo vuelve cada vez más limpio y no hay dinero para acometer las reformas necesarias en la parroquia.

Y como la caridad bien entendida empieza por uno mismo, el párroco ha decidido aprovechar el tirón de la fuga de creyentes para celebrar excomuniones religiosas en su propia iglesia. De esta manera, la parroquia da la bienvenida también a quienes deciden acoger la laicidad como opción religiosa, y el párroco consigue los ingresos con los que realizar las obras.

Aunque la Conferencia Episcopal mostró su desacuerdo al principio, el éxito económico de la idea ha llevado a algunos obispos a replantearse su postura, incluso a promover iniciativas similares, como la cesión de espacios para comuniones por lo civil y bautismos de fuego.


La Mentira Post